Compartir

miércoles, 20 de agosto de 2008

Compartir nos lleva a la dicha de sabernos compañeros de los otros, compartir las alegrías las aumenta, compartir el dolor lo disminuye, compatir es esencial para movernos en este mundo, dar y recibir es fundamental para armonizarnos con la vida y con los otros. Los caminos que nos mueven siempre están acompañados por otras personas o cosas, aunque a veces nos sintamos solos, la realidad es que nunca lo estamos.

Todo está bien en su justa medida, por supuesto, hay un tiempo para todo, y el tiempo de compartir es uno de los más importantes, por que alimenta nuestro bienestar y el de los demás. El simple hecho de hablar ya produce en nosotros una descarga fácil y necesaria, una ayuda para acomodar nuestras ideas, y para que el otro pueda también comprendernos mejor. Gracias al cielo que existe la comunicación.

Compartir sentimientos y cosas materiales que nos parecen importantes, también es necesario, compartir el amor que sentimos, entregar parte de nuestra dicha a otros y alegrarnos por la felicidad ajena llena el alma de pequeñas alegrías que al acumularse van generando otras nuevas.

Por lo tanto, es importante que sepamos elegir qué nos hace bien y qué nos hace mal, y optar siempre por lo bueno. Podemos ayudar a otros y escuchar sus problemas, pero cargarlos a nuestra mochila definitivamente no es una opción, ya bastante tenemos con la propia, ¿no lo creen?. escuchemos y ayudemos, pero cuando volvemos a atender nuestras necesidades, recordemos que el momento de ayudar ya pasó y que debemos depegarnos de aquello y seguir con lo nuestro, con lo interior, con lo cotidiano.

Sin lugar a dudas las relaciones con los demás son imprescindibles, cuidarlas y respetarlas también lo es, no es fácil, pero vale la pena intentarlo.

Saludos a todos.